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Lunes, 10 de Agosto de 2020 Tiempo de lectura:

Una serie para un verano medio confinado

Durante el tedio mental causado por el confinamiento me vi participando de un ‘challenge’ propiciado por un amigo que tenía la misión de explicar, bajo unas normas escritas, cuáles eran tus gustos cinematográficos.

En este caso, mientras la cigarra empleó mejor el tiempo, me transformé en la hormiga y di mi parecer durante 60 días seguidos. (Apunte: ‘Challenge’ significa en millennial lo mismo que “qué te juegas a que puedo beberme un…”, pero en un plan más participativo y menos monetario).

 

Quizás este verano, sin marchas nocturnas y resacas matutinas, debamos “malgastar” el paso del reloj en otros quehaceres menos traumáticos para nuestro intestino; y, tras esa desnudez pública, ya no quedan secretos en mis fetichismos audiovisuales. Por ambos motivos publico algo que guardo en mi bodega imaginaria de cultura pop, junto a algunos vinilos, pelis y alguna exposición que vi de fotografía sesentera…

En efecto, se trata de The Newsroom, un producto para la pequeña pantalla que comenzó a emitirse en 2012 y que tiene 25 capítulos divididos en tres temporadas. En la actualidad puede verse en HBO. Imagino que el locutor de Radio 3, Julio Ruiz, definiría esta serie como una obra redonda y a caballo entre varios géneros, con piel de sitcom y alma de grandes narraciones. Escrita desde la devoción al directo, porque su semiótica simula la inmediatez en todos sus capítulos.

 

Como no soy el bueno de Julio, les explicaré que The Newsroom está entre mis pecados favoritos porque habla al espectador de una forma diferente. No piensen que se rompe la cuarta pared, como sí lo hace House of Cards, o que es un falso documental, al estilo de Modern Familiy. Esta serie, idea de Aaron Sorkin, traslada por completo al mirón hacia sus entrañas para pasearlo sentado en una silla de oficina por una redacción de noticias, el plató, despachos, reuniones de escaleta… (Apunte: Sorkin también es el creador de El ala oeste de la Casa Blanca, una producción merecedora de enumeración pero que debo ‘revisualizar’ antes para ello).

En definitiva, habla sobre la industria de la información y aborda, como muy pocos lo hacen, las tensiones que se crean entre la economía y la comunicación. Dentro de esta dicotomía entre cultura y entretenimiento, se dibuja una visión romántica y anglosajona del periodismo que magnetiza al seriéfilo.

 

A lo largo de sus tres actos tiene un hilo común que vincula la propia trama, pero la narración se sostiene a menudo en acontecimientos que por su impacto fueron mediáticos, verán cómo se contaron algunos de los hechos más importantes de la historia reciente y conocerán algunos otros que agitaron mediáticamente la vida de los estadounidenses.

 

Sí, también verán cuál es la relación entre política y medios de comunicación. Una simbiosis peculiar, peligrosa y necesaria para todos… por cierto, el personaje de Will McAvoy (Jeff Daniels) explica cómo la ética personal es mucho más importante que cualquier otra y, si son duchos en la historia norteamericana, les dará apuntes de cómo funciona una sociedad estratificada y capitalista. 

Tranquilos, no me he olvidado de que no estamos en Cahiers du cinéma o algún fanzine de los que posan sobre algún garito de magdalenas del barrio de Ruzafa. Buscaré, o intentaré encontrar, alguna relación del título con algo de Onda. En ese loable cometido, The Newsroom, apenas  cumple y únicamente lograrán identificarse en el entorno que se crea alrededor de un lugar de trabajo. Y es que las personas se retroalimentan y se forma un submundo alrededor de las oficinas, en este caso verán los entresijos de un canal de noticias; en cierto grado comparable al que ocurre, entre rotonda y rotonda, en el mundo de las azulejeras.

 

De paso entenderán por qué los profesionales del sector solemos estar un poco desengañados con la sociedad y la política. (Apunte: Encantado de conocerte. De forma literal, el gusto es mío en este caso… podemos coincidir o no y yo no soy ninguna voz autorizada al respecto… verla es elección tuya).

 

 

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