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Manuel Gea Rovira
Jueves, 12 de Noviembre de 2020 Tiempo de lectura:

Desde el monasterio del Carmen

Cuando se estaba construyendo el palacio de Versalles, ya se había estrenado Fuenteovejuna y el Mejor alcalde, el Rey, tiempos de la primera etapa barroca, había esculpido el san Francisco de Toledo, Pedro de Mena, y Rubens sus Trípticos. El Estado se recuperaba de la crisis de la Armada Invencible, se estudiaba en el convento de los frailes franciscanos y luego de la desamortización de Mendizabal, torvo desacralizador de comunidades religiosas.

Vino el monasterio de los PP. Carmelitas de Onda, que nos ayudaron en la enseñanza de miles de niños ondenses. Quizá se escribiera en algún libro del monasterio, que este monte se hallaba rodeado de encumbrados riscos, cubierto de plantas, arbustos, elevados pinos y enriquecido por fuentes de agua próximas, retirado del bullicio del mundo. Por esto se contempló siempre como el lugar a propósito para el retiro espiritual y pasar la vida en silencio y soledad. Lejos del ruido de los negocios, sacar únicamente a la consideración de las verdades más importantes de la religión y al gran negocio de la salvación eterna, mirando al Carmelo de Palestina, donde viajamos hace poco tiempo. Y su soledad, cercana a la pinareda umbría del Montí, para elevar el alma a la práctica de las virtudes y ejercicio de penitencias.


El ilustre Ayuntamiento de la villa aprobaría la fundación de este monasterio, señalándole como predilecto al desaparecer los religiosos franciscanos. Después se hicieron famosas otras enseñanzas de su célebre museo. No le faltaría un descanso de hostelería sencilla junto al río de las adelfas sin fin.
No sería ondense de nacimiento aquel que no hubiera hecho excursión también al nuevo museo municipal de la cerámica, en la urbanización que se levantó apoyada en los huertos monacales del Carmen, para crear una nueva Onda que irá siguiendo el paso de los siglos venideros, para entusiasmo de mentes enfebrecidas de orgullo ondense.


Te bendecimos monasterio de nuestros abuelos, Onda de los cofrades del amor industrial y agrario.   
 

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