Coronavirus: La vuelta a la actividad de una peluquería-salón de belleza

M.ª Carmen Gallardo es gerente de Pentina’t y ha explicado a ARRELS que lo más complicado ha sido el no saber qué medidas adoptar o en qué condiciones volverían a abrir. “Formo parte de muchos grupos y foros de la profesión y cada uno aportaba sus ideas, pero nosotras esperamos a la publicación del BOE para estar seguras y tomar las medidas adecuadas”, comenta. 

M.ª Carmen Gallardo decidió vaciar el salón de todo lo que no fuera imprescindible para prestar los servicios de peluquería y estética para retirar en cajas mobiliario y material. Utilizan protección desechable y además de la limpieza constante, desinfectan el local a fondo dos veces al día.

Durante el confinamiento las peluquerías podían atender a clientes a domicilio siempre que fuera por cuestiones de higiene: “Podíamos ir a lavar y cortar el pelo a gente muy mayor o sin movilidad que no pueden lavarse el pelo por sí solos”, aclara la gerente de esta peluquería. “La gente tiene miedo, pero después de 50 días mucha gente está llamando para pedir cita”, comenta la peluquera, quien añade que el domingo en que se supo que podrían reabrir fue un “boom” de llamadas y estuvo toda la tarde cuadrando agendas, ya que pueden atender individualmente y un cliente por cada trabajadora.

A nivel económico ha supuesto un frenazo importante y M.ª Carmen asegura que en mayo, como mucho, cubrirán gastos, “pero más vale eso que nada”. Ella optó por seguir dada de alta, pagando los gastos y sin ingresos, sin cobrar paro o recurrir a ERTE, y ahora las tres trabajadoras del salón han vuelto a sus puestos.