Coronavirus: Obra teatral para el confinamiento

“Se trata de reaccionar, de alguna forma, para seguir manteniendo vivo el teatro”, apunta. Así, interpreta en directo cada sábado y domingo por la tarde la pieza teatral “Hipólito”, que representó hace años sobre escenarios de distintas ciudades. “A la hora de decidir qué obra poder realizar online elegimos esta precisamente por su marcado carácter intimista al considerar que era el más adecuado para este formato”, aclara Bea Insa, quien añade que, de momento, las últimas funciones serán los próximos días 2 y 3 de mayo aunque no descartan prorrogarlas.

Respecto a la duda de si hacerlo gratis o no, la ondense explica que “la resolvimos pronto, puesto que consideramos por un lado que, al fin y al cabo, es una obra en directo y a un precio más que asequible. Aparte, las inconveniencias que puedan deberse a los medios técnicos, por un lado, se compensan también con el hecho de que, con una sola entrada, pueden verla varias personas a la vez, desde sus casas. Además, nosotros también tenemos que pagar facturas de luz, alquiler, etc. Por otro lado, destinamos la mitad de la recaudación a la Fundación #YoMeCorono”.

¿Cómo funciona?

El proceso es sencillo: una vez adquirida la entrada (link para la compra) el público recibe un correo con los detalles y se le insta a conectarse media hora antes del espectáculo, a fin de que una persona del equipo compruebe aforo y sonido.
“El hecho de limitar el público en cada pase a unas 20 personas, aunque la plataforma Zoom permite muchas más, es precisamente para poder comprobar bien que los medios funcionen correctamente y cada espectador no tenga problemas para verlo lo mejor posible desde su casa”, explica la ondense.

La actuación se inicia con una conexión de música en directo interpretada por la violonchelista Nerea Aizpurua desde Durango, para después dar paso a Bea Insa quien, con sus dotes magistrales para imbuir al espectador en un potente soliloquio que no deja indiferente a nadie, protagoniza el mito clásico de Fedra en una versión contemporánea.

Después de casi una hora el espectáculo termina como ha empezado, con música, y los espectadores aplauden desde sus sofás como lo harían desde sus butacas. A continuación, la actriz vuelve a aparecer, esta vez para entablar un diálogo con aquellos que quieran participar e intercambiar opiniones sobre distintos temas.

Pros y contras

“Para mí es una experiencia positiva. Por un lado, actuar solo ante un pequeño encuadre me cuesta porque el trabajo físico ayuda y aquí tengo las limitaciones de movimiento que no tengo en un escenario. Además, no siento al público, no les oigo toser, ni respirar, sus reacciones… no oigo móviles sonando a deshora, como suele pasar en el teatro (risas). Pero por otro lado, al finalizar puedo hablar con ellos para que me trasladen sus impresiones y ahí me doy cuenta de que llego a gente de distintas ciudades e incluso países a través de una única actuación, cosa que de otro modo no podría”, valora Bea Insa.