El Castell d’Onda levanta al público de los asientos

El Club Balonmano Castell d’Onda - Grupo Cerdá protagonizó un choque vibrante frente al líder, con un meritorio empate en los últimos segundos y con un espectacular gol de Isidro Moreno que levantó a la grada de sus asientos y puso el 26-26 definitivo en el marcador.

Y es que el Pavelló Víctor Cabedo fue testigo el pasado sábado del nivel que pueden alcanzar los chicos dirigidos por Juan López que dejaron una demostración de fe, trabajo e intensidad durante los 60 minutos del encuentro. 
Desde pitido inicial los locales clarificaron que no les iban a temblar las piernas frente al Vinaròs que llegó como líder y equipo más goleador de la categoría. La tónica del primer cuarto de hora fue el intercambio de golpes entre ambos conjuntos, el Onda salió mejor que su rival y comenzó el partido dominando el juego con una defensa que conseguía que los ataques del líder se hicieran eternos.

Sin embargo el potencial del equipo visitante no les permitió dominar el marcador en ningún momento y cuando quedaban 10 minutos del primer tiempo el Vinaròs consiguió llevarse el gato al agua, de este modo se llegó al descanso con 12-16 en el casillero y la sensación de que era demasiado castigo para el Onda la renta de cuatro goles en contra.

Lo mejor estaba por llegar y en el segundo tiempo el Castell se cimentó sobre una defensa 6-0 que rozó la perfección y un ataque fluido en que los lanzadores rojiblancos se pusieron las botas. La remontada no fue nada fácil porque el rival es el líder y tiene sus argumentos, cuando quedaban menos de 10 minutos el Vinarós tenía una ventaja de tres goles pero los ondenses tenían las piernas más frescas y estaban demostrando más intensidad sobre la pista.

La remontada

El técnico local planteó una defensa abierta, que ejerció presión sobre el ataque rival y propició las pérdidas. Los últimos cinco minutos fueron de infarto, los del Castell cerraron su portería a cal y canto, robaron balones de forma sucesiva y protagonizaban ataques rápidos que noquearon los vistantes.

A falta de 30 segundos el banquillo local solicitó tiempo muerto, el balón estaba en su posesión y tenían una oportunidad sellar el marcador con el empate. Tras la reanudación el Vinaròs ejerció una presión asfixiante sobre los ondenses e intentaron echar el cerrojo al lateral izquierdo del Castell, que fuer el origen y final de la remontada.

La grada se quedó callada y las miradas congeladas mientras los locales movían el balón de un lado al otro en la búsqueda de alguna grieta en la defensa visitante, sin embargo no lo encontraban. El esférico llegó a manos de Isidro Moreno, que durante todo el encuentro se echó el equipo sobre sus hombros; fijó sus piernas con firmeza a unos nueve metros de distancia de la portería visitante; puso su alma y la de sus compañeros en el armado de brazo y efectuó el lanzamiento definitivo; el último toque de muñeca y la velocidad a la que salió el balón hizo se metiera por el único hueco que había entre el lanzador y la portería rival; el esférico besó el poste casi a la altura de la escuadra y acabó en el fondo de la red de forma virulenta; el portero poco pudo hacer y el silencio se rompió con el clamor de la afición; el tanto de bella factura hizo justicia con el esfuerzo del Castell d’Onda en el partido; y, unos tres segundos más tarde, el colegiado indicó el final por lo que el júbilo se extendió sobre la pista principal del Víctor Cabedo.

Satisfacción del cuerpo técnico

Tras la finalización, López señaló que “este es el camino que queremos para nuestro equipo, quiero felicitar a los jugadores y al cuerpo técnico porque todos han tenido una aportación importante en el partido”, además agradeció el apoyo de la grada y se mostró satisfecho argumentando que “hemos mantenido un nivel altísimo durante los 60 minutos y los aficionados han presenciado un espectáculo de balonmano por parte de los dos equipos”.