Los ondenses cogen fuerzas en la Fira con el tradicional almuerzo

Los casales y muchos bares estaban a rebosar de gente y de comida. La música de las charangas empezó a inundar las calles con el último bocado y unos cuantos tragos después. Así de servidos encararon multitud de peñas el pasacalle. Cánticos, amistad, jolgorio, desenfreno. Los ondenses se fueron encontrando con sus propios adjetivos para definir un día marcado en rojo en el calendario y que se alargó en la calle con orquestas y actuaciones de diversa índole.

La jornada empezó taurina. Un total de cinco encierros dieron la bienvenida a los múltiples aficionados. Una primera carrera con seis toros y vuelta a los corrales. Otra segunda carrera con otros seis astados y de nuevo regreso al lugar de origen. Y por último, los 12 toros a la vez, de la ganadería de Fernando Machancoses, en una última carrera.

Los toros, tras el almuerzo y el pasacalle, se retomaron a las por la tarde. El toro escogido para abrir el capítulo de cerriles fue uno de la ganadería de Valdefresno, al que siguió uno de Manuel Caro otro de las Ramblas, este último de la peña Ti-k.

Por la noche, los que aguantaron y los que se reservaron tuvieron donde escoger. El pabellón Víctor Cabedo tenía previsto acoger un concierto de los Suaves, inmersos en su última gira, mientras que en el centro del pueblo se procedía a embolar los toros de la tarde. Además, los casales y las orquestas también estaban preparadas para alargar la fiesta durante unas cuantas horas más.

Hoy domingo se vivirá uno de los días más solemnes. Toca misa por la mañana y la procesión de los patrones por la tarde, aunque los que no hayan tenido suficiente juerga durante el fin de semana también podrán dar rienda suelta a sus deseos. La fiesta continúa en los casales y en la calle.