Y es que el anonimato que ofrece Internet es directamente exponencial a la peligrosidad de informarse a través de Facebook, Twitter o una web no contrastada. Y el bulo, creado en estos espacios, puede afectar directamente al comportamiento de la sociedad lo que puede conllevar histeria e impacto económico. Porque si comenzamos a difundir que en Onda hay casos de COVID-19, cuando la realidad oficial es en este momento (jueves 12 a las 12.00 horas) que “no tenemos ningún foco aquí”) puede infundir miedo y provocar comportamientos no deseados, algo que puede afectar al bolsillo de todos los ondenses.

La única información que pueden comprar como veraz y las únicas pautas a seguir respecto al coronavirus están reflejadas en los canales oficiales de las instituciones y en los medios de comunicación contrastados y reconocidos.

ARRELS les ofrece para ello:

La página web: www.arrelsonline.es

Telegram: Revista Arrels Onda

Facebook: Arrels Setmanari Onder (@revistaarrels)

Twitter: @revistaarrels

Algunos ejemplos de bulos falsos en circulación (en su Whatsapp puede encontrar más):

CASO ONDA

CASO GREGORIO MARAÑON

"Estamos en un momento de descontrol de los contagios. La fase de contención, aunque no lo quieran decir, ha acabado". Esta frase ha sido atribuida en Whatsapp al jefe de Cardiología del hospital Gregorio Marañón de Madrid. El bulo fue desmentido por la propia Consejería de Salud de la Comunidad de Madrid en su cuenta de Twitter.

REMEDIOS CASEROS

También es posible que le hayan llegado mensajes que le invitan a inmunizarse usando remedios caseros. Hay uno especialmente llamativo que le atribuye al ajo propiedades mágicas, mucho más de las que tiene de por sí la planta. “¡BUENAS NOTICIAS!”, reza el falso mensaje. “El VIRUS CORONA de Wuhan se puede curar con ajo y agua hervida”. A continuación, nos explican la mágica fórmula consistente en triturar ocho dientes de ajo y añadirle siete tazas de agua hervida. Coma, beba y problema resuelto. Pues no, el ajo se ha demostrado muy sano, pero no hasta tal extremo. Tampoco la vitamina C ni el limón, protagonistas de otro bulo. Y no son los casos más absurdos.