Hablamos de un clásico, situado en el TOP 10 de cócteles más consumidos del mundo: 4º en 2018.

El Daiquiri, con más de dos siglos de historia, cobró un gran protagonismo a principios del siglo XX. Pero fue a finales del siglo XIX cuando las tropas norte-americanas desembarcaron en la zona oriental de la isla, en la playa de Daiquiri, Santiago de Cuba, para mitigar el calor decidieron mezclar la bebida cubana con azúcar, limón y hielo.

Tiene su cuna y su historia, ¿donde?, en la Floridita, donde grandes personalidades han acabado sucumbiendo al placer de tomar un trago excelente, elaborado por los mejores cantineros de Cuba. El mismo Ernest Hemingway dijo “esta bebida no puede ser mejor, ni siquiera parecida”, en la Floridita tiene su propia versión e incluso una estatua en recuerdo al nobel.

Cóctel clásico, seco al tiempo que suave, lo que los bartenders consideramos perfecto, tres ingredientes, equilibrado, cítrico, ideal como aperitivo, pero también digestivo.

Cox, ingeniero de las minas Daiquiri y ‘padre’ del trago con su mismo nombre, le añadió zumo de limón y azúcar para mejorar el sabor de los rones cubanos de la época. Fue un ingeniero minero de origen italiano quien compartía labores con Cox, Giacomo Pagliuchi, por entonces capitán del Ejército Libertador, quien se encargó de bautizar este cóctel como Daiquirí.

El Daiquiri, el cóctel.

Nuestra versión:
6 cl. Ron Tabú blanco
Jugo de media lima
2 cl. de sirope de flor de saúco

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