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Lluís Domènech
Domingo, 06 de Septiembre de 2020 Tiempo de lectura:

La otra crónica del coronavirus: ¿Qué pasará ahora?

Con la suerte de un café corto y un cigarro infinito, imagino al Doctor de pelo desaliñado y moda desmedida armándose de valor para volver a explicar a un país de necios las vicisitudes de un mal que llegó cual ruta de la seda de dónde compramos compulsivamente las especias que no nos hacen falta. 

Miles de tertulianos, en la tele, intentándonos susurrar a gritos qué acontecerá en los próximos días sin saberlo y Belén Esteban, en el portal de un aeropuerto, balbuceando una deconstrucción de crítica a las medidas de seguridad, inseguras a su juicio. El mito erótico de la transición, Miguel Bosé, sensiblemente afectado por abusar del uso recreativo de su opinión. La mirada social, desenfocada por un calor veraniego, discutiendo a izquierdas y derechas… el panorama no pinta bien, más allá del COVID-19.

 

 

Especial mención tienen los lobbies en estos días inciertos, que con su presión hacen circular la orina en las vejigas de los políticos en las noches de insomnio. Y es que, al igual que los yankees dotaron de balas a los mismos que luego les disparaban a ellos, los mandatarios hace muchos años que decidieron convertir a España en el patio de recreo de los jubilados europeos y en el trampolín de los borrachos británicos (emulando la orgía de capitales de la que quería sacar tajada Michael Corleone en su visita a Cuba en El Padrino). Ahora, con el grifo de la sangría acostumbrado al pleno rendimiento y ese sector convertido en un no se cuántos por cien del PIB, ejercen sus influencias con ímpetu. (Apunte y duda para los economistas: Y si cotizasemos en bolsa los barril de sangría que no hemos podido vender por culpa de la caída del turismo… ¿nos convertiríamos en un emirato de acaudalados con gustos excéntricos?).

 

 

De rebote y por rebrotes, a los medios nos han caído las reclamaciones de este espectro mercantil. Por ejemplo, en el caso de este medio, un lector comentó desde los fogones “dejen ya de alarmar y meter miedo!!!”. Intentar leer hoy un periódico y no querer asustarte, es como ponerte El Resplandor para echarte unas risas con los amigos, la realidad es cruda y nosotros intentamos dibujarla con los números que tenemos.

 

Otro sector temido a veces por los líderes y objeto de deseo de las ideologías, el educativo, protagonizará en unos días la ‘vuelta al cole’.

 

Dicha institución es utilizada en su papel socializador para encauzar al individuo y adecuarlo al servicio de un sistema en concreto. No en vano, Piqueras un día nos explicó que se tienen más probabilidades de acabar más alto en el sistema educativo dependiendo del poder adquisitivo…. como la vida misma… (Andrés Piqueras: sociólogo, profesor universitario y Premio Nacional de Investigación Marqués de Lozoya).

 


Miren qué directivas se tomarán en los centros y cómo se actuará en las aulas porque ese será el indicativo más representativo de cuál es la ‘nueva normalidad’, el camino que marcará la forma de actuar de ahora en adelante. Porque lo de este verano ha sido unas vacaciones de la nueva realidad.

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